Quizás me ha sorprendido el enfoque del escritor oscense. Porque al tratarse de una invitación de la editorial Alianza a contar en "dos tardes" la pasión por un autor, Vilas se decanta por una exposición en forma de vocabulario alfabético de conceptos, temas y personas alrededor de vida y obra de Kafka. Lo menos kafkiano, ese orden. Y, sin embargo, de algún modo, es una buena manera de cumplir, a mi entender el encargo. Dos tardes con Franz Kafka ha de leerse como una invitación abierta, simpática, curiosa y devota del escritor praguense. De su obra, mejor dicho.
Vilas quiere que leamos a Kafka, pero no solo abriendo uno o dos libros del austrohúngaro (que no checo, a Vilas no le gustaría este gentilicio). Vilas aspira con estas ciento cincuenta páginas a que leamos toda la obra de Kafka. En especial, si uno quiere convertirse en escritor. Ahí es nada. Son varios los kafkanistas, los kafkanófilos que han levantado su pluma para expresar esa devoción. Vilas menciona entre otros a Elías Canetti, a Félix Grande o a Max Brod. Invitación que puede comenzar, además, según indicación del propio Vilas por las tres narraciones largas: América, El proceso y El castillo. Solo que el de Barbastro asegura que la obra El castillo es la culminación de la obra literaria de Kafka por lo que voy a traicionar el consejo de Vilas, muy a mi pesar (y al suyo, obviamente). No diré que nos acerquemos a Kafka por La metamorfosis (yo lo hice, como millones de personas, lo admito), pero si hemos caído ya en el universo kafkiano con Gregor Samsa, podemos acercarnos a su diario, a sus cuentos o a la Carta al padre. En el caso de los cuentos, seguro que Vilas asentirá si digo que se empiece por Investigaciones de un perro o por Josefine, la cantante.
Sea como fuere, Vilas tiene un puente a través de sorbos de café, como en la portada de Dos tardes con Franz Kafka. Un camino de baldosas amarilla donde el mago de Oz es Kafka y en el recorrido hallamos a Max Brod, sin el cual no existiría la obra de Kafka ni los kafkianofilos; a Milena Jesenka, a Felice Bauer a Gustav Janouch, al padre de Kafka -Hermman Kafka-, o Dora Diamant... Sin olvidar, por descontado, todas y cada una de las narraciones, cartas y recuerdos del padre de K., el protagonista de El Castillo. K. es Kafka, dice Vilas, pero en algún lugar de Dos tardes con Franz Kafka también dice que los lectores somos K., y por tanto, somos Kafka. Nada como leer esta invitación para descubrirlo y para leer y releer a quien falleció de tuberculosis con el encargo a su amigo y editor de que destruyera su obra... pero Brod no lo hizo. Y aquí estamos, una traición que ha levantado un universo como el grano de arena de Fantasía, de La historia interminable. De la historia inabarcable de la obra del humilde monstruo de la literatura... Franz Kafka.
Manuel Vilas (Barbastro, 1962), autor de "Ordesa", mejor libro del año 2018 según "Babelia" - "El País", finalista del premio Planeta 2019 y ganador del premio Nadal en 2023, poeta y novelista con más de treinta obras publicadas, entre ellas la mencionada "Ordesa", "Alegría" (2019), "América" (2017), titulada así en honor a Kafka, y "Nosotros" (2023). De la última, "El mejor libro del mundo", publicada en septiembre de 2024, la crítica ha dicho que «es una de las lecturas imprescindibles de este año» ("El Confidencial").
Dos tardes con Franz Kafka. Manuel Vilas. Alianza editorial.