lunes, 7 de abril de 2025

Dos tardes con Franz Kafka. Manuel Vilas

Que una de mis novelas favoritas es La metamorfosis, de Franz Kafka, no es ningún secreto. Que me lanzase a leer el libro Dos tardes con Franz Kafka (Alianza), de Manuel Vilas, en cuanto me llegó a casa, solo un feliz acontecimiento obvio. 

Quizás me ha sorprendido el enfoque del escritor oscense. Porque al tratarse de una invitación de la editorial Alianza a contar en "dos tardes" la pasión por un autor, Vilas se decanta por una exposición en forma de vocabulario alfabético de conceptos, temas y personas alrededor de vida y obra de Kafka. Lo menos kafkiano, ese orden. Y, sin embargo, de algún modo, es una buena manera de cumplir, a mi entender el encargo. Dos tardes con Franz Kafka ha de leerse como una invitación abierta, simpática, curiosa y devota del escritor praguense. De su obra, mejor dicho. 

Vilas quiere que leamos a Kafka, pero no solo abriendo uno o dos libros del austrohúngaro (que no checo, a Vilas no le gustaría este gentilicio). Vilas aspira con estas ciento cincuenta páginas a que leamos toda la obra de Kafka. En especial, si uno quiere convertirse en escritor. Ahí es nada. Son varios los kafkanistas, los kafkanófilos que han levantado su pluma para expresar esa devoción. Vilas menciona entre otros a Elías Canetti, a Félix Grande o a Max Brod. Invitación que puede comenzar, además, según indicación del propio Vilas por las tres narraciones largas: América, El proceso y El castillo. Solo que el de Barbastro asegura que la obra El castillo es la culminación de la obra literaria de Kafka por lo que voy a traicionar el consejo de Vilas, muy a mi pesar (y al suyo, obviamente). No diré que nos acerquemos a Kafka por La metamorfosis (yo lo hice, como millones de personas, lo admito), pero si hemos caído ya en el universo kafkiano con Gregor Samsa, podemos acercarnos a su diario, a sus cuentos o a la Carta al padre. En el caso de los cuentos, seguro que Vilas asentirá si digo que se empiece por Investigaciones de un perro o por Josefine, la cantante. 

Sea como fuere, Vilas tiene un puente a través de sorbos de café, como en la portada de Dos tardes con Franz Kafka. Un camino de baldosas amarilla donde el mago de Oz es Kafka y en el recorrido hallamos a Max Brod, sin el cual no existiría la obra de Kafka ni los kafkianofilos; a Milena Jesenka, a Felice Bauer a Gustav Janouch, al padre de Kafka -Hermman Kafka-, o Dora Diamant... Sin olvidar, por descontado, todas y cada una de las narraciones, cartas y recuerdos del padre de K., el protagonista de El Castillo. K. es Kafka, dice Vilas, pero en algún lugar de Dos tardes con Franz Kafka también dice que los lectores somos K., y por tanto, somos Kafka. Nada como leer esta invitación para descubrirlo y para leer y releer a quien falleció de tuberculosis con el encargo a su amigo y editor de que destruyera su obra... pero Brod no lo hizo. Y aquí estamos, una traición que ha levantado un universo como el grano de arena de Fantasía, de La historia interminable. De la historia inabarcable de la obra del humilde monstruo de la literatura... Franz Kafka.


Manuel Vilas (Barbastro, 1962), autor de "Ordesa", mejor libro del año 2018 según "Babelia" - "El País", finalista del premio Planeta 2019 y ganador del premio Nadal en 2023, poeta y novelista con más de treinta obras publicadas, entre ellas la mencionada "Ordesa", "Alegría" (2019), "América" (2017), titulada así en honor a Kafka, y "Nosotros" (2023). De la última, "El mejor libro del mundo", publicada en septiembre de 2024, la crítica ha dicho que «es una de las lecturas imprescindibles de este año» ("El Confidencial").


Dos tardes con Franz Kafka. Manuel Vilas. Alianza editorial.


lunes, 31 de marzo de 2025

El día que inventamos la realidad. Javier Argüello

Esta semana os traigo un libro inquietante, El día que inventamos la realidad (Debate), de Javier Argüello. La inquietud emerge de las reflexiones planteadas por el autor en este ensayo dividido en dos partes. 

Aborda así el concepto de realidad desde una mirada no solo histórica, también desde otras disciplinas de estudio como las Matemáticas, la Filosofía o la Sociología. Porque como ya adelanta su título, la realidad es un invento, algo con lo que la lógica podría chocar, en primera instancia. ¿Somos capaces de inventar la realidad? ¿Desde cuándo y con qué fin? ¿La realidad es la misma para mí que para los demás? 

Desde el origen de la Historia, allá en la Grecia de Heródoto de Halicarnaso hasta los últimos avances en Inteligencia Artificial, en la última década hay un viaje fascinante para hallar respuesta a esos interrogantes. Incluso para que surjan nuevos, como nos lanza a modo de reflexión Argüello. 

El día que inventamos la realidad se presta a ser leído por gente curiosa, como también por padres y educadores en esa labor pedagógica de mostrar a las nuevas generaciones el poder de la palabra, de los mitos, de la posverdad y de las fake news como veneno de la realidad... O como parte indisoluble de ella, según el sentido que le demos como orfebres de lo que es verdad, lo que acontece en la realidad existente o inventada por el ser humano. "En la antigua Gracia la verdad era la que cantaban los poetas -leemos-. A partir de Platón y Aristóteles la verdad era la que surgía de las reflexiones de los filósofos -y añade-: Luego del Renacimiento, la verdad es la que podían comprobar los científicos". 

Para terminar, nada como dejar una apostilla, entre ese poder de la ciencia como herramienta de la realidad y el de la imaginación. "Todo lo que imaginemos está contenido en el universo", leemos, pero también que "El universo es todo lo que queramos proyectar sobre él y más". Ese universo y esa conciencia capacitándonos para entender la realidad a través de los sentidos se acrisola acaso en esta cita de Anna Freud: “Me he pasado la vida buscando confianza y fuerza en el exterior cuando todo estaba dentro de mí”.


Javier Argüello (Santiago de Chile, 1972), escritor de nacionalidad argentina residente en Barcelona, colabora con El País, es profesor del Ateneu Barcelonès y se ha dedicado al cine. Ha publicado los libros: Siete cuentos imposibles (2001), El día que me quieras, antología de tangos (2004), Los mejores poemas de amor, antología romántica de Pablo Neruda (2006), El mar de todos los muertos (2008), La música del mundo (2011), A propósito de Majorana (2015), Cuatro cuentos góticos (2024), Los límites de la ciencia: Una visita al acelerador de partículas más grande del mundo (2024).


El día que inventamos la realidad. Javier Argüello. Debate

lunes, 24 de marzo de 2025

Pintxos y tapas. Koldo Royo

Ya no hay excusa, tras leer Pintxos y tapas (Oberón), de Koldo Royo, para no triunfar estos días en la cocina. No será por tiempo, porque Royo nos agasaja en este libro con casi cien propuestas culinarias desde las más sencillas y resultonas a algunas más elaboradas. 

Ninguna peca de horas de cocción y sacrificio, cuanto más lo son para todo tipo de paladares. El título se queda corto. Hasta en eso Royo ha sido comedido. Porque dentro ¿hay pintxos?, sí; ¿y tapas?, claro..., pero mucho más. Hay tartaletas, cazuelitas, vasitos o cucharitas, por poner algunos ejemplos. Con ingredientes básicos, de los de ir por casa, y un "emplatado" vistoso nos plantamos en pequeñas joyas para el paladar del tipo: pintxo de miel y sobrasada, salpicón de berberechos, mini de salami y mozzarella o rollito de patata y chistorra. 

Encontraremos propuestas vegetarianos y, también, como curiosidad, otras con nombre, clásicos modernos, del tipo: Gilda, pisto con bacalao, gambas con gabardina o alitas de pollo al ajillo. Royo incluye, en una sección al final de Pintxos y tapas, una de Recetas básicas con una receta de mahonesa sin huevo, una vinagreta con pimiento o una pasta Orly. Si algo recorre las páginas de este libro es la practicidad a la hora de elaborar la mayoría de las recetas. Eso y su presentación, a la hora de servir; porque lo bueno, si breve, óptimo. La patata, el huevo, las anchoas y un embutido o un queso que tengamos en la nevera serán los actores perfectos para un buen número de sainetes y entremeses culinarios vistosos y resultones al paladar. Cocina rápida, de aprovechamiento incluso —guiño a esa receta de Pisto (o estofado de las hortalizas que tengo en la nevera)—, para pequeños grandes amantes de la buena mesa con poco tiempo —me incluyo, por descontado. 

El resto es silencio, como decía Shakespeare, a quien le hubiera encantado, sin duda, dar buena cuenta de un carpaccio de buey con queso, unos buñuelos con chistorra o, por qué no, un pintxo de ternera con champiñones. Me uno al consejo de George Elliot: "Nadie puede ser sensato con el estómago vacío". Buen provecho.


Koldo Royo (San Sebastián, 1958) comenzó su andadura por el mundo de la cocina en un famoso bar de tapas que regentaban su padre y su tío en la capital donostiarra. Se ha formado con grandes profesionales del sector iniciándose de la mano de Juan Mari Arzak. Pasó por Casa Nicolasa y Angelines, para trasladarse después a México y a Francia, al volver a España, empezó a trabajar con Luis Irízar en Madrid. En 1985 se traslado a Mallorca para hacerse cargo de la cocina del restaurante Porto Pí, con el que consiguió 1 estrella en la Guía Michelin (desde 1989 hasta 2007). En 1989 abrió su primer restaurante en el Paseo Marítimo de Palma, Koldo Royo, que también cuenta con una estrella Michelin. Durante todos estos años, ha participado en numerosos cursos, jornadas y ferias gastronómicas. Además, de realizar colaboraciones para radio, prensa y televisión. Además de su paso por varios programas de radio y televisión, ha publicado varios libros de recetas como: «A fuego lento», «La Cocina de mi suegra», «Recetas fáciles de fin de semana», «Cocina típica española» y un libro de cocina para niños que se titula «Cocinando con Koldito. Previo a este Pintxos y tapas, con Oberón libros publicó La cocina de Koldo Royo.


Pintxos y tapas. Koldo Royo. Oberón libros.

lunes, 17 de marzo de 2025

La estatua. Günter Grass

Esta semana os traigo una reseña especial de la mano de La estatua (Alfaguara), de Günter Grass.  Es un libro curioso ya desde su formato, reducido, y por la inclusión de imágenes intercaladas también del autor, Antes de zambullirnos en la historia, comentar que el original manuscrito apareció, por casualidad, entre los papeles de Grass, años después de su fallecimiento. 

Inédita en castellano hasta este año, en el décimo aniversario de la muerte del escritor alemán, el narrador es el propio Grass. Así, al principio, le leemos viajando por varias ciudades de la la antigua RDA hasta recalar en la catedral de Naumburgo, hoy Patrimonio de la Unesco. Será en esta donde se maraville ante la belleza de una estatua, a la sazón, la coprotagonista del libro. La figura de Uta de Naumburgo, considerada durante siglos la mujer más bella de la Edad Media, fue idealizada por el nazismo y sirvió de inspiración, además, en el siglo XX, a Walt Disney para crear a la madrastra de Blancanieves

Pero los lectores de La estatua harían bien en dejarse llevar por la prosa de Grass lejos de esos detalles. El narrador, poco menos que enamorado de la belleza de Uta, se la encontrará de nuevo tras la caída del Muro. En varias ciudades de Alemania e, incluso, en un viaje a Italia. Hay algo de romanticismo, de ironía, de hedonismo artístico y, sin duda, de homenaje al poder de la literatura en La estatua. No diré que magia ni fantasía, pero sí palpita una fuerza narrativa capaz de atravesar los siglos en esta historia de nostalgia, devoción, misterio y confidencia silenciosa. La Uta histórica y la Uta actual ponen un delicioso contrapunto en las pupilas de ese narrador de quien algún lector habrá de evocarlo ¿acaso bajo el hechizo del síndrome de Stendhal por cuanto fabula con la figurante, con esta Uta de Naumburgo? 

Grass recurre aquí al recurso del salto en el tiempo para cincelar sobre el blanco mármol del papel una historia tan efímera como imperecedera de amor e idealización casi adolescente. Un ejercicio artístico que ve la luz para reclamar su lugar en el pedestal que le corresponde de la mano del siempre polémico premio Nobel de Literatura y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, en 199, Günter Grass.


Günter Grass (Danzig, 1927-Lübeck, 2015) se hizo escritor después de haber recibido una sólida formación como escultor y dibujante. Su obra comprende poemas, dramas y, sobre todo, novelas. El tambor de hojalata, una de las cumbres de la literatura europea contemporánea, compone junto con Años de perro y El gato y el ratón la célebre «Trilogía de Danzig». Su fama se ha cimentado sobre estas y otras obras maestras como El rodaballo, Es cuento largo o A paso de cangrejo. Entre su producción de carácter ensayístico y autobiográfico destacan Mi siglo, Del diario de un caracol, Cinco decenios, La caja de los deseos, De Alemania a Alemania. Diario, 1990 o su controvertida obra autobiográfica Pelando la cebolla. En 1999 recibió el Premio Nobel de Literatura y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

La estatua. Günter Grass. Alfaguara